NUESTROS PENSAMIENTOS IMPULSAN NUESTRAS ACCIONES

Cuando empezó el verano, que toda la rutina se vuelve no rutina (por suerte) tuve que definir cuál iba a ser mi ejercicio semanal. Tengo identificado que me hace muy bien, a nivel general hacer ejercicio, en alguna de sus formas. Y como me fui para el campo, empecé a salir a caminar casi todos los días por ese paisaje tan silencioso, verde y maravilloso.

Para aprovechar la caminata, porque soy una persona un poco ansiosa, decidí escuchar podcasts. Empecé con Santiago Bilinkis. ¡Lo super recomiendo! Tan divertidos y entretenidos fueron los temas que lo terminé enseguida. Entonces se me ocurrió buscar en los podcasts más escuchados y ahí llegué a Marian Estapé Rojas. Me pareció super interesante el contenido de sus episodios. Tanto que terminé leyendo uno de sus libros “Encuentra a tu persona vitamina”.

Les cuento esto, porque muchas veces, sabemos mucha teoría, y somos consciente de ello, pero no aplicamos tanto. Me quedo con esta frase:

“Si queremos que nos pasen cosas buenas, tenemos que ponernos metas, porque cuando a mi cerebro le interesa algo me lo enseña”.

Y esto pasa a todos los niveles de la vida, personal y profesional. Entonces cuando estamos estancados, y no nos sale fácil destrabar esa situación, sugiero tener en cuenta tres pasos:

1. Tener foco: Tener un objetivo claro, e intentar definir acciones para cumplirlo.

2. Dejar de lado las excusas: Es muy fácil justificar por qué no pasan las cosas. Pero también es una pérdida de tiempo. Hacer un listado de las excusas y tachar las que no dependen de nosotros. Al resto, enfrentarlas y resolverlas. Nuestros pensamientos impulsan nuestras acciones.

3. Ejecutar: Empezar a hacer que las cosas sucedan. Definir plazos. Mandar un mail, hacer una llamada, pedir perdón, decir “te quiero”. Es clave tener “quick wins”, para motivarnos. Definir esos hitos que nos hacen sentir que estamos avanzando. Y a esos, los podemos establecer nosotros.