top of page
Buscar

INCENTIVOS VS INICIATIVA

Actualizado: 16 nov 2023


ree


Inicié mi carrera profesional al día siguiente de haberme recibido como Licenciada en Economía, por el año 2011. Era joven, novata, y mientras transitaba mi primera experiencia laboral, proyectaba e imaginaba mi futuro. Rápidamente me convencí a mí misma que mi objetivo en la vida era ser exitosa, tener una buena casa, un buen auto, y otros ideales fruto de una edad ingenua y poco realista.


El trabajo me daba un sueldo, por arriba de la media (considerando mi edad y (cero) experiencia laboral), incentivos monetarios, beneficios de salud, seguro de vida, entre otras cosas. El puesto era ideal para mí. Cumplía con todos mis requisitos monetarios y de mi proyección a futuro.


Duré solamente un año y medio. Lejos, muy lejos estaba ese trabajo de mi naturaleza y sobre todo de mi propósito como persona. Salí corriendo, desesperada a buscar una nueva oportunidad, un cambio de aire, algo que me conectara más conmigo misma.


A 11 años de iniciada mi carrera profesional puedo analizarme y entender mi frustración y la necesidad de conectar con un trabajo que me ayude a definirme como persona.


Tarde comprendí, que en mis inicios, yo no estaba ni más ni menos que buscando incentivos. Incentivos económicos, mérito, beneficios, bonos, lo que fuere. La simple imagen de esos incentivos me recargaban de energía para buscar mi próxima aventura, mi próxima oportunidad, la experiencia que me llevaría al éxito. Solo pensaba en mí y mi círculo íntimo, familiar.


Finalmente entendí, me cayó la ficha. Trabajar por incentivos no me generaba más que agitación, estrés, malestar, incertidumbre. Me sentía perdida, sin rumbo.


La realidad es que el efecto de estos incentivos, no es más que saciar nuestros deseos egoístas, centrados en nosotros y nuestro núcleo familiar. Esto es un círculo vicioso. Primero, buscamos el lugar ideal para trabajar. Nuestra búsqueda muchas veces se centra en las siguientes inquietudes ¿cuánto voy a cobrar? ¿hay bono a fin de año? ¿me pagan el gimnasio? ¿me pagan el servicio de salud? ¿me retribuyen las horas extras? Y estas preguntas se repiten año a año.


Pero, ¿qué pasa si no nos suben el sueldo? ¿Qué pasa si no nos pagan el bono a fin de año? ¿Qué pasa si nos quitan beneficios? Seguramente, empecemos a molestarnos y a buscar otras opciones laborales que nos incentiven más.


Los incentivos, a la larga, nos neutralizan. Los incentivos que inicialmente estimulaban nuestro trabajo y nos hacían activos y energéticos, empiezan a perder fuerza, perdemos productividad. Poco a poco nos empezamos a cansar, aburrir, estresar.


Entonces ¿cómo generamos el efecto contrario? Es decir, trabajar incansablemente pero manteniendo la paz, la calma y tranquilidad sin estar agitados, estresados, agobiados.


Para lograr eso, debemos trabajar por iniciativa. Es decir, cuando encontramos el motivo, el propósito, el ideal para el cual trabajar. De esta forma desarrollaremos la iniciativa necesaria para trabajar todos los días incansablemente.


Esa iniciativa es propia y es la que hace que la rueda siga girando, porque no nos "neutralizamos" y no perdemos productividad. Nos vemos motivados día a día para cumplir y alcanzar un ideal mayor, sin necesidad de esos beneficios económicos que creíamos eran nuestro motor.


El trabajo realizado por un ideal, por una causa mayor, es natural, orgánico. Genera iniciativa e inspira a los demás que nos rodean y trabajan con nosotros.


Adoptar este espíritu de servicio generará una actitud perseverante de trabajo, sin la necesidad de una estimulación externa que nos motive, produciendo beneficios perdurables a largo plazo.

 
 
 

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
bottom of page